Se queda sin dientes para ganar Récord Guinness
Se queda sin dientes para ganar Récord Guinness. Y es que como contamos en otra noticia curiosa, hay gente que vive solamente pendiente de ajustar su vida al Guinness. Pueden denominar enfermedad, igual hay en la ciencia médica alguien que pueda catalogar esta patología. Lo cierto, es que siendo enfermedad o no, esta gente anda muy mal de la cabeza.
Algo sobre enfermedades mentales
Las enfermedades mentales abarcan una amplia variedad de trastornos, cada uno de ellos con características distintas. En líneas generales, se manifiestan como alteraciones en los procesos del razonamiento, el comportamiento, la facultad de reconocer la realidad . Las emociones o las relaciones con los demás, consideradas como anormales con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo.
No tienen una única causa, sino que son el resultado de una compleja interacción entre factores biológicos, sociales y psicológicos. Con frecuencia es posible identificar y tratar una causa orgánica subyacente.
Se queda sin dientes para ganar Récord Guinness
Har Parkash Rishi es hombre que vive constantemente pensando cuál es el próximo récord Guinness que va a batir. En su haber ya tiene más de 50 marcas establecidas a sus 74 años de edad. Su más inmediato objetivo: introducir alrededor de 500 pajitas y 50 velas encendidas en sus dientes. Para logralo ‘Guinness Rishi’, que así es como se hace llamar, no ha dudado en quitarse todas las piezas dentales. Para aumentar la capacidad de su boca.
Parkash Rishi ha hecho de su cuerpo su herramienta para superar récords. Tiene 366 banderas tatuadas en su cuerpo. desde hace poco tiempo ha empezado también a tatuarse las caras de diferentes líderes mundiales. Como Obama, la Rey Isabel II de Inglaterra o Mahatma Gandhi.
El hombre, natural de Nueva Dehli, estableció su primera marca mundial en 1990 cuando montó en una motocicleta durante 1.001 horas junto a otros dos amigos. Ha realizado pruebas realmente extrañas, como repartir una pizza desde Nueva Dehli hasta nada más y nada menos que San Francisco para aparecer el mítico libro de los récords.
Como leen, con el tarro como una chota.
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