Cárcel de 3 meses por matar a su gato en el microondas
Mundo raro sin duda. Fijense usted en esta noticia rara y desmedida. A una señora en el Reino Unido la han condenado a 3 meses de cárcel. Y para mi se quedan cortos por cargarse a su gato de una forma tan cruel como meterlo en el microondas. Un ataque de furia contra el indefenso animal. Que le va a costar a la señora en cuestión su pena de cárcel. Imaginamos que ahora se lo pensará dos veces a la hora de maltratar a cualquier animal.
La señora en cuestión Laura Cunliffe de 23 años de edad, al parecer y según exámenes psicológicos. No anda muy bien del tarro, sufre depresión psicótica.
Todo el asunto ocurrió cuando la señorita en cuestión se percató de que el gato se comió a su pez -que mezcla de mascotas, es como tener pollos y gavilanes- . Le produje tal ataque de ira que no lo dudo dos veces e introdujo al pobre gato en el microondas.
Cárcel de 3 meses por matar a su gato en el microondas
Cunliffe programó el microondas para 5 minutos pero al minuto se arrepintió y sacó al gato que ya estaba mal herido y no se pudo salvar. Ella lo comentó a las enfermeras que la atienden por sus problemas mentales y ahí saltó el temma hasta llegar a los defensores de los animales.
Ahora a Laura Cunliffe le han caído 4 semanas de cárcel. Pero la noticia tiene otra derivada. La familia aseguró indignada que la condenada tiene tal problema psicológico que no se entera bien de sus acciones y no tiene conciencia plena del dolor causado.
Cárcel de 3 meses por matar a su gato en el microondas
Ahí está el problema. Si cualquiera puede verse beneficiado en un acto criminal por problemas mentales ¿Por qué en el caso de un animal no es posible? No sabemos las razones. Pero ahí está el debate. ya saben, no se le ocurran meter al gato en el microondas, pueden acabar en la cárcel.
De todos son conocidas las atrocidades sufridas por los animales. De un tiempo a esta parte asociaciones en defensa y protección de los animales. Están fiscalizando con denuncias el maltrato animal.
Nos sigue sorprendiendo la impunidad con la que algunos comparten imágenes en las redes sociales. La barbarie y el horror de estos actos hacia el mundo animal, no tiene nombre.
